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La obra recibió el Premio Latinoamericano de Teatro "George Woodyard 2009", en su IV edición, organizado por la Universidad de Connecticut
Obra de teatro para Adultos
Duración Aproximada: 1 hora
Obra para 3 actores: 2 Masculinos + 1 Femenino
Personajes
Fabián: Dramaturgo de treinta y pico
de años.
Personaje 1: Nuria, vidente tarotista.
Personaje 2: Roviroli, Psicólogo.
Escenario:
Monoambiente de Fabián. Lo único que
está fuera de la vista del espectador es el baño.
ESCENA UNICA:
Se ilumina el sector del living, está
Fabián escribiendo en su computadora. Al fondo, fuera de su vista, sentada en
una silla mecedora, una señora de la cual se percibe sólo la sombra.
Fabián acerca la vista al monitor, lee
como para sí una parte del texto de la obra de teatro que está escribiendo,
ahora en voz alta:
FABIAN: Interrumpe
la frase un fuerte trueno, sonido de lluvia, juego de luces. Apagón.
Sin convencerle lo escrito, se
levanta, agarra el vaso de whisky, va a servirse más y es ahí cuando ve a la
señora. Se ilumina con una luz tenue el sector donde está ella. El, al verla se
sobresalta y grita asustado. Ella se despierta sobresaltada.
NURIA: ¡Ay,
por favor, querido, ¡casi me matás de un infarto!
FABIAN: ¿Usted
quién es? ¡¿Qué hace acá?! ¿Cómo entró?
NURIA:
Bueno, bueno, bueno, vamos de a una por vez. Aunque la primera y tercera son
bastante fáciles de responder: Soy Nuria y entré por la puerta. Ahora la segunda,
se me complica, ¿sabés? Pero bueno, voy a tratar de ser lo más clara posible… (la interrumpe)
FABIAN: ¿Cuándo
entró?
NURIA: Hace
apenas un ratito...
Fabián la amenaza con lo primero que
encuentra.
NURIA: No,
pero quedate tranquilo que no te vine a hacer nada malo, eh. Yo te prometo que te voy a explicar todo, pero
como seguramente me va a tomar un tiempito que lo entiendas, primero que nada
quería… Vení.
FABIAN: ¡Eh, eh, eh…! ¡No se me acerque!
NURIA: Está
bien, está bien. Tampoco para ponerse así.
Fabián va hacia el teléfono.
NURIA: ¿Ey,
qué vas a hacer?
FABIAN: Llamar
a la policía.
NURIA: No,
no, no, no, no la llames.
Fabian la mira.
NURIA: Por
tu bien te lo digo. No la llames.
FABIAN: ¿Por
mí bien? (Fabián empieza a marcar)
NURIA: Sí,
por tu bien. Escuchame… (La interrumpe)
FABIAN: ¡Escuchame nada!
Fabián sigue marcando.
NURIA: Está
bien. Llamalos. Total, a m qué me importa. El único que va a salir perjudicado
sos vos.
FABIAN: (Se detiene) ¿Yo?
NURIA: Sí,
vos.
FABIAN:
¿Por?
NURIA: Van
a pensar que estás loco.
Fabián la mira desorientado.
NURIA: Pero
hacelo. ¡Dale! Si estás decidido, adelante. Eso sí, después no me vengas con que
no avisé.
Fabián duda. Se miran.
FABIAN:
¿Qué…? (Resopla. Cuelga el teléfono) Bueno, está bien. La voy a escuchar. Pero se
queda ahí, quieta y si algo me llega a
resultar raro, llamo.
NURIA: ¡Uh! Entonces empezá a marcar.
Fabián levanta el teléfono
nuevamente.
NURIA: ¡No,
no, no, no, pará! ¡¡Era un chiste!! Dame dos minutos, aunque sea.
Fabián cuelga.
NURIA: Bien.
Y ahora…. ¿cómo explicarlo, no?
FABIAN:
Minuto cuarenta, minuto treinta y nueve, treinta y ocho, treinta y siete….
NURIA: ¡Bueno,
bueno, bueno, ya! Por esas casualidades, ¿no me reconocés para nada, no?
FABIAN: No.
NURIA: ¿Seguro?
Mirá que no es muy difícil saber quién soy. Si hicieras un poquito de esfuerzo.
FABIAN: Por
ahí para usted no es muy difícil, que sabe quién es pero para mí…
NURIA: Hacé
memoria. Hacé un poquito de memoria.
FABIAN: ¿No
es más fácil que me lo diga y ya?
NURIA: Sí,
como más fácil es más fácil pero si te lo digo, no me lo vas a creer. Por eso
digo, tal vez hurgando un poquito en tu
memoria…
FABIAN: Bueno,
a ver, ¿usted quiere que adivine?
NURIA: No,
quiero que me reconozcas… (La interrumpe)
FABIAN: ¡Yo
adivino! Por los collares y la forma de vestirse diría que se parece a una de
esas que leen el futuro…
NURIA: ¿Una
vidente?
FABIAN:
¡Eso, una vidente!
NURIA: ¿Una
que lee el tarot, por ejemplo?
FABIAN: (Ya hartándose) Sí, sí, una que lee el
tarot… qué sé yo…
NURIA: ¿Una
tarotista que se llama Nuria…?
FABIAN: (Ya harto) Sí, ponele… Una tarotista que
se llama.... (La mira sorprendido) ¿Nuria…?
NURIA: (Notando su reacción) ¿Qué?
FABIAN: No.
No puede ser.
NURIA: Sí.
Sí puede ser.
FABIAN: Es
que no…
NURIA: ¡Es
que sí!
FABIAN: ¡No,
no, no!
NURIA: ¡Sí,
sí, sí!
Fabián la mira asustado sin poder
confesar lo que cree estar pensando. Nuria lo mira expectante, hasta que se
harta.
NURIA: Aaaaahhhh,
¡¿podés decir quién soy, de una buena vez?!
FABIAN: (Aturdido) No, es que se me vino a la
cabeza una estupidez.
Nuria lo mira en silencio,
alentándolo.
FABIAN: Hay…
Hay un personaje de una obra de teatro que yo escribí…
NURIA: (Se le tira encima a abrazarlo) ¡Sabía
que me ibas a reconocer! (Le da besos como una madre orgullosa a un
hijo)
FABIAN: No,
no, pero no puede ser. Porque eso no puede pasar.
NURIA: Pero
pasa, ¿viste? Es insólito como la realidad siempre termina superando a la
ficción.
FABIAN: Pero
esto, esto no es así… ¿Quién es usted? La verdad quiero saber. ¿Quién carajo
es? ¿Y qué quiere? ¿Cómo sabe todo lo
del personaje? (Mira alrededor) Ah,
claro, seguro que dejé la puerta abierta y usted entró, habrá encontrado algún
texto mío por ahí y ahora… Ahora me quiere confundir. ¡Claro! (La amenaza con lo primero que encuentra)
¿A qué vino, eh? ¿Qué quiere? ¡Ah! Usted vino a robar, ¡eso! Y ahora me quiere
confundir para… (Lo interrumpe)
NURIA:
¿Para qué?
Fabián se queda sin saber qué responder.
NURIA: A
ver querido, corazón, razonemos juntos, vení. Si yo te quisiera robar, como vos
decís, ¿cómo puede ser que yo sea exactamente igual a la imagen de mí que vos
tenés en tu cabeza?
FABIAN: Bueno,
ese sería el único detalle a resolver.
NURIA: ¡Es porque
soy yo! ¿No lo ves? Mirá lo decía tal cual el pensador éste… Ay, cómo se
llamaba este hombre, Griego creo que era… Ay, el que escribió el libro, perate… Bue, éste hombre, un bocho.
Bocho, si los hay… Decía que “en la vida se nace de muchos modos, de muchas
formas: árbol o piedra, agua o mariposa, hombre o mujer… ¡Y se nace también
personaje!”
FABIAN: ¿Un
pensador griego…?
NURIA: No,
no, pero no sé si era griego. ¡El que escribió “Seis personajes en busca de
autor”!
FABIAN: Pirandello,
se llamaba. Y no era un pensador Griego, ¡era un dramaturgo italiano!
NURIA:
Bueno, ese. El incluso decía que “la vida está llena de infinitas cosas
absurdas y que descaradamente ni siquiera tienen necesidad de parecer
verosímiles, porque son verdad” ¿Entendés? ¡¡No tienen la necesidad de ser
verosímiles porque son verdad!! ¿¡Ves lo que te digo!?
FABIAN: Es
que… Si vos sos quien decís que sos, si
vos sos verdaderamente Nuria. Esto que me está pasando, digamos, esto que estoy
viviendo ahora mismo, en este preciso instante, no es normal. O sea, si vos sos
quien decís que sos, significa que yo… estoy un poco…
NURIA: ¿Loco?
FABIAN:
¡Sí! Loco.
NURIA: Un
poco loco. ¿Quién no está un poco loco? (Confidencial con él) Mirá, con los colegas llegamos a la conclusión
de que…
FABIAN: ¿Qué
colegas?
NURIA: Personajes,
así, de otros autores. Llegamos a la conclusión de que todos, absolutamente
todos los dramaturgos, tienen un “importante nivel de locura”. Pero bueno, Fabiancito, ni vale la pena
ahondar en eso. Y aparte mirá todas las vueltas que dimos y ni siquiera pude contarte
para qué vine.
FABIAN: Ah,
y ¿para qué viniste?
NURIA: ¡Ay!
¡Qué emoción! Yo, bueno me tomé el atrevimiento de venir hasta acá porque con
los compañeros estábamos un poquito, ¿cómo decirlo…? Preocupados. Un poquito
bastante.
FABIAN: ¿Compañeros?
NURIA: Sí, los
otros personajes de tus obras…
FABIAN:
¿Los personajes de mis… se juntan a…?
NURIA: Y lo
que nos tiene preocupados son las decisiones que estás tomando en tu vida
últimamente. El tema es que vemos que ya vas teniendo una considerable
producción de obras, con argumentos más que interesantes, conflictos de lo más
variados, tenés una gran capacidad para crear personajes vivos, que demuestran claramente
sus deseos y contradicciones, ¿modestia aparte, no? Y sin embargo, querido, a algunos
textos ni te dignaste a darles un final y los que terminaste no se los
mostraste a nadie. ¡A nadie! ¡Ni siquiera a un amigo para que te dé su opinión!
FABIAN: Bueno
pero es porque todavía no terminé de corregirlos, necesito tomarme un tiempo y releerlos
tranquilo para ver si… (Lo interrumpe)
NURIA: Ah,
no me vengas con toda esa paparruchada, eh. Todos los dramaturgos corrigen sus
textos una y otra vez pero no por eso dejan de mostrar el material que
escriben. A mí con esa no, querido, con esa no. Yo sé muy bien lo que te pasa a
vos. Muy bien lo sé.
FABIAN: ¿Ah
sí? ¿Y qué me pasa?
NURIA: Que
no te animás, pibe. Te faltan agallas. Confianza en vos mismo. ¡Huevo, hijo, te
falta huevo!
FABIAN: ¿Perdón?
NURIA: No
sé si te diste cuenta que nunca llegás a nada porque la simple idea de sentirte
expuesto, te abruma. Sos como quien diría… un cagón.
FABIAN: ¿Y
vos qué carajo sabés? ¿Vos quién mierda te pensás que sos para venir acá y decirme todas estas cosas?
NURIA: Un
personaje de tu imaginación. ¿Quién puede saberlo mejor que yo?
FABIAN:
¡Yooo!
NURIA: ¡Pero
por favor! Si sos un negador…
FABIAN: ¡Yo
no soy un negador!
NURIA: Si
no vengo yo a decirte todo esto, vos nunca…
FABIAN:
¡Andate de acá!
NURIA: No,
bueno, bueno, tranquilo.
FABIAN:
¡¡Te vas YA, de acá!!
NURIA: Bueno,
bueno, tampoco para que te alteres así.
FABIAN:
¡¿Cómo carajo querés que no me altere?!
NURIA: Y claro,
la verdad duele.
FABIAN: ¡¿La
verdad duele?! ¡¿La verdad duele?! ¿De qué verdad me estás hablando si ni siquiera
vos sos una verdad?
NURIA: ¿¿Qué
yo no soy una verdad?? Preguntale a Pipindrello quién es más real, si vos o yo.
Preguntale,
a ver qué te contesta.
FABIAN:
¡¡Pirandello, se llamaba!! ¡Y está muerto!
NURIA: Ah…
¿Murió? (Fabián resopla) Bueno, ¿sabés
lo que decía él? ¿Sabés lo que decía? Que los personajes somos mucho más reales
que las personas porque la vida del personaje no se modifica. Es siempre la
misma. ¡Está condenada a tener siempre una realidad inmutable! En
cambio el hombre, ¿mmmm? “El hombre” Modifica tanto su forma de pensar y de ver
la realidad, que lo que ayer le parecía una verdad absoluta, hoy puede
parecerle una ilusión…
FABIAN:
Pará, pará, pará… Pirandello no era un
filósofo.
NURIA: Para
nosotros sí.
Fabián no puede creerlo.
NURIA: Y él
decía justamente, que esto que te está pasando, puede suceder cuando un
personaje está vivo. Es apasionante porque decía que cuando un personaje nace,
adquiere inmediatamente una independencia tal, incluso de su autor, ¿me
entendés? Que cualquiera podría imaginarlo en un sinfín de situaciones en las
que el autor jamás pensó presentarlo, ¿entendés? ¡Hasta incluso, a veces,
adquirir un significado que el autor nunca quiso darle!
FABIAN: No,
no, no. Pirandello escribía ficción. Y esta es la vida real. Vos no podés
existir.
NURIA:
¡Pero, ¿cómo que no? ¡Hace dos horas que estamo´hablando!
FABIAN: Yo
siempre fui una persona coherente, centrada…
NURIA: Y lo
sos… (La interrumpe)
FABIAN: Yo
no puedo estar hablando con un personaje que yo mismo inventé. A mi estas cosas
no me pueden estar pasando.
NURIA:
Fabián…
FABIAN: Acá no hay nadie más que yo.
NURIA: ¡Fabián!
FABIAN: ¡Acá no hay nadie más que yo!
NURIA: ¡¡Fabián!!
FABIAN: ¡¡Acá
no hay NADIE más que yo!!
NURIA: ¡Fabián
me tenés que escuchar, no podés negar la realidad!
FABIAN: ¿Negar
la realidad? Yo no niego la realidad.
¿Sabés por qué? Porque esto no es “la realidad”. ¡No! Esto es “imaginación”. “Mi” imaginación. ¡Y
ya mismo te lo voy a demostrar! ¡Como vos no existís, si te ahorco, no te
morís! No pasa nada, porque esto… ¡esto es mi imaginación!
NURIA: No,
no es así, Fabián…
La da vuelta y la pone de espaldas a
la escalera, tomándola del cuello y presionándoselo.
NURIA:
Fabián, soltame, te lo pido por favor.
FABIAN: ¿Y
si no quiero soltarla, “Imaginación”? ¿Eh? ¿Si no quiero dejarla ir? ¿Si quiero
ahorcarla o tirarla por las escaleras y concluir finalmente la escena dramática
del personaje que se me aparece en carne y hueso?
NURIA: ¡No
sé qué opinará tu imaginación pero te juro que si me soltás me voy!
Fabián le presiona más el cuello.
FABIAN: ¿Y
ahora cómo vas a hacer para liberarla, Imaginación?
NURIA: Te
juro que no te molesto más.
FABIAN: ¿Qué
punto de giro, vas a presentar ahora para que se pueda liberar? ¿A ver?
¡Deleitame, imaginación, ¿a ver?!
Aparece desde el baño Roviroli, otro
de los personajes de otra obra de Fabián.
ROVIROLI: ¡Soltala Fabián!
Si desea el texto completo puede enviar un mail a: itaferrari@hotmail.com
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